domingo, octubre 29, 2006

NO SÓLO LA COMIDA LLEGA EN UNA MOTO REPARTIDORA...

Oigo el sonido de la motocicleta estacionandose, llevo rato esperandolo. Abro la puerta y él está frente a mi como otras tantas veces, solo que estas vez no viene por lo mismo, esta es la segunda visita de la noche.
Siento su perfume penetrar mi nariz tan fuerte que sé que se lo ha puesto sólo para mi; me sonrie y hace el mismo chiste de siempre, yo le respondo lo mismo que le he respondido los últimos meses; pero esta vez no se queda callado sino que rompe la rutina y hace una pregunta que desencadenará una gran conversación nocturna entre dos extraños que no saben nada el uno del otro pero que hablan con tanta familiaridad que desde lejos puede verse que son dos seres solitarios desesperados por compañia.
Nos olvidamos por un momento que en casa nadie nos espera y hablamos como si fueramos la conciencia el uno del otro. Nos decimos las cosas rápido sabiendo que no podemos tardarnos. Al final nos despedimos y me dice su nombre (que por boba no recuerdo) y yo le digo como me gusta que me llamen.
Se va y yo regreso a mi soledad acompañada del olor de su perfume, teniendo la certezade que no sólo eso ha hecho antes de ir a verme y comienzo a recordar detalles de una cara recien lavada y un cabello recien peinado; mi ego se estimula sabiendo que un niño lindo ha hecho eso por mi.
El se va sabiendo que esperaba que me hablara como lo hizo hoy, sabe que lo he observado durante mucho tiempo.
Y sabe que lo veré de nuevo.....

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